martes, diciembre 06, 2005

Internet también es blanca

Solía venir los días sábados. Yueleika era una linda morena que había descubierto la red hace 3 años. Todavía estaba en el liceo cuando las amigas le comentaron que sabían de otras amigas que se enamoraron por Internet:

- Chama, Olga me dijo que una amiga de su amiga se casó con un belga. ¡El tipo y que está buenísimo!.

- Ay, esos son cuentos. Creo que el destino me tiene listo un negrito del barrio.

- JaJaJa Yule, esos negritos nuestros son pura candela pero… Además ese color tuyo lo buscan como palito de romero en las Europas.

- Bueno, en todo caso necesito usar Internet para mis clases. Y porque ustedes me tienen a monte voy a probar el mazinger, a ver como me va.

- Dale chama, te enseñaremos el secreto de calentar a los hombres por el Chat.

Yuleika afrontó la red. Empezó conectándose quince minutos hasta llegar a cuatro horas. Venía con sus amigas. La preparaban como una geisha virtual. Lo habían aprendido de manera ingenua del Darwinismo digital. Debía conocer el arte del Aaiki textual: capacidad de practicar el acto sexual virtual con el uso del Chat hasta que la víctima quedará completamente exhausta.

Pasó el tiempo, se sentía un cambio en ella. De rostro angelical pasó a ser un demonio desaforado. De ingenua a avezada. Hasta su torpe tecleo fue más preciso y rápido.

Llegó el día en que la red le jugaría una mala pasada. Conocería a un hombre que hurgaba el Internet en búsqueda de doncellas. Su nombre clave o nickname; catire_blanco, un sobrenombre que redunda adrede.

Quirúrgicamente escaneaba los sitios de Chat público buscando aquellos perfiles que se adaptaban a su blanca y diabólica necesidad.

Yuleica estaba en el momento y en el sitio menos indicado. Había entrado en un Chat donde acostumbraba a conversar con cibernautas de todo el mundo.

Catire_blanco se fijó en un nick llamado: morena21.

El desconocido la abordó con sus encantos de utilería y, como es costumbre en muchos de los que flirtean en Internet, le pidió pasar al Messenger para hablar en privado:

catire-blanco: Hola ¿De dónde eres?.

morena21: de caracas y tú?

catire-blanco: Soy de Sabaneta de Barinas

morena21: muy lejos para mí

catire_blanco: Sí, pero vivo en Caracas. Tengo negocios en todo el país.

morena21: Ahhh, comerciante

catire_blanco: Algo así… ¿Tienes 21 años? ¿Cómo eres?

morena21: si, y soy delgada, hermosa y estoy buena jejejeje. y tu?

catire_blanco: Tengo 45 años pero me mantengo muy bien. Aparento menos, jajajaja. Además con carros, casas, terrenos y ganas de viajar con una nueva novia. Aparento todavía mucho menos (es una broma).

Morena21: pues salió tu número eres el hombre que yo esperaba. Lo de los apartamentos y casa es verdad?

catire_blanco: Sí, todo es verdad. Quisiera conocerte.

Morena21: Este ciber no tiene webcam, anota mi cel: 000-0000000

catire_blanco: Ok, espera te llamo…

No habían pasado segundos y se escucha la melodía en polifónico de “La pantera Rosa”, es el celular de Yuleica que está repicado. Ahora la conversación es textual y oral. catire_blanco le propone verse esa tarde en las afueras de un reconocido centro comercial y cenar juntos para luego festejar. Yuleica que aprendió a entregarse a los placeres de la vida, asume que esto puede ser como mínimo un buen sexo express.

Al fin y al cabo, los amigos del barrio le invitan unas cervezas y unos perros calientes en Plaza Venezuela para luego llevarla a la cama.

Ella llega puntual a la cita, y comienza a girar lentamente sobre su eje para ver quien es ese posible nuevo amigo con derecho.

catire_blanco también llega puntual, pero manejando una camioneta 4x4, último modelo.

Su ejercicio de la maldad le ha afinado los sentidos e intuye que la joven que está frente un porrón con palmas es morena21. La saluda y ella se da cuenta que es él. Nada, dice. “Me saque la lotería, a este tipazo lo enamoro yo”. “Mis amigas no lo van a creer”, “Y creo que a mamá y a mis hermanos los saco del barrio”.

Se monta en la camioneta rumbo a Las Mercedes. catire_blanco la lleva a un restaurante francés para impresionarla. Ella, que de gastronomía no sabe nada, decide elegir su plato por las matemáticas de la crisis: El plato más caro porque debe ser el más sabroso.

Cenan, se divierten y se cuentan historias. Luego salen a bailar. A ella le impresiona la capacidad de resistencia de catire_blanco, no se agota. Le comenta que el único que recordaba con esa capacidad de aguante era Wilmer Ramón, que se la pasaba drogado, por eso resistía, terminó azote de barrio y ahora es ánima a la que los malandros le ponen velas. catire_blanco solo rie…

Llegó la hora de la lujuria y él le pide que vayan a la cama. Yuleica, a quien todavía le quedan algunos resquicio de pundonor, hace amago para que catire_blanco entienda que no se le entrega a cualquiera.

Al fin, cuando cree cumplir el rito que rodea el ser enamorada, acepta estar con él. Van a un buen hotel, cama de agua y demás. Empiezan las caricias, los besos, el deseo. Ella toma la delantera y se desnuda completa. Es una bella y delgada figura que a lo mejor fue moldeada por el hambre. Esta totalmente rasurada, lo aprendió con Luis en sus visitas a sitios porno. La moda –decía Luís- era el Shaved Pussy o depilación brasileña, sino no estás en nada.

La noche fue larga, catire_blanco era un semental. Ella estaba agotada y preguntaba como hacía. Te doy mi secreto –comentó- . Sacó una pequeña bolsa con un polvo blanco, lo esparció en la madera de la mesa de noche e hizo rayas de polvo con un objeto filoso. Prueba, dijo él.

Para ella no es nuevo, lo de la droga es pan de cada día en el barrio, sólo que a ella nunca le interesó o le llamó la atención. Pero esta vez, ¿por qué no? Se estaba divirtiendo a lo grande y creía tocar el poder del dinero. Aspiró una raya, y al rato se sintió más alerta y con un sentido de mayor placer. Empezó a escuchar voces y juraba que eran los amigos de los Chat que habían pasado al estado de la oralidad, chismes, gemidos, risas, gritos, murmullos, le parecía gracioso. Y entendió el por qué del nick de un catire que de por si era blanco.

Los encuentros con catire_blanco se hicieron frecuentes. En el barrio vieron un cambio en Yuleica: nuevo guardarropa, zapatos, celular con Internet y dinero en efectivo.

Pero el momento del pacto con el demonio blanco había llegado. El le pidió llevar una carga del maldito polvo de la ciudad de Tejerías a Caracas, pero, por seguridad, la idea era llevarla en el estómago. Además, se iba a ganar el dinero que no se ganaba en 5 años de trabajo. A ella le asustó la idea. Pero pensó que era una oportunidad de salir de abajo con toda su familia y meditó: “En el barrio, o me muero de hambre, o me rejunto con un malandro para que me proteja, o termino muerta”.

Ella aceptó con recelos. El, logró su objetivo: probar la resistencia física y sicológica de morena21 al saberla capaz de llevar una carga de un lugar a otro.

Esa noche, en Tejerías, le se indujo a tragar varios dediles de polvo blanco. Se montaron en un autobús expreso que venía a Caracas y en un hotel de Sabana Grande la purgó para que los expulsara.

Era una imagen grotesca digna de aquellos sitios especializados en sexo con dildo y sexo bizarro. El lo disfrutaba por el contenido de vouyerismo presente.

Todo había salido bien y ella recibió una suma de dinero que envenenó más su alma: Había conseguido un negocio fácil, seguro y rentable.

catire_blanco le tenia un nuevo “negocio”. Esta vez era llevar la carga fuera del país. Las ganancias serian inimaginables.

Yuleica ya estaba decidida y sin chistar aceptó.

Pasó por el proceso ya conocido, esta vez era una carga más grande. Tenia listo, los documentos para viajar esa noche. Se había quedado en un hotel esperando la orden. Mientras tanto disfrutaba de lo que amaba. Navegaba en Internet buscando Chat donde conversar.

Había llegado catire_blanco para llevarla al aeropuerto. Pero, de repente, ella se sintió mal, y empezó a convulsionar. El la vio con tranquilidad y junto con otra persona que lo acompañaba la sacó del hotel y la montó en el auto. Ella tenía espamos musculares, tensión alta y convulsiones. Pero su amante la venía a ayudar. No era así..Yuleica fue bajada del auto y tirada en el pavimento de la acera. En ese pavimento frio, ella sentía voces de los Chat que le conversaban y el sonido de un MODEM conectándose. Sus pupilas dilatadas veían en esas luces exageradas recuerdos de su niñez; Jugaba en el barrio con su hermanita mientras hilvanaban entre sus dos manitas un pabilo y cantaban una canción que su tía les había enseñado basada en la Canción del fin del mundo:

El día del fin del mundo / La abeja ronda sobre los geranios, / El pescador teje una red luminosa, / En el mar juegan los alegres delfines, / Los tiernos gorriones saltan en el alero / Y luce dorada la piel de la serpiente /

Y la vida desteje esa red apagando su luz. Sale una lágrima de sus ojos y Yuleica se desconecta de la vida, se desconecta de Internet.

domingo, diciembre 04, 2005

Arelys y su humanidad de banda ancha

Arrastra su abultada humanidad para llegar al cibercafe. Su aire es impecable; un conjunto de lino rojo, zapatos negros de tacón alto que violan la ley del equilibrio, una cartera de tonos rojizos y Chanel Nro. 5 que advierte su presencia.

La Dra. Arelys llegó virgen a la red, enviando postales virtuales a sus amigos, viendo presentaciones en Power Point de auto ayuda o reenviando correos a sus allegados para colaborar con el niño de tres piernas izquierdas que vive en Papua Nueva Guinea. Y como sucede generalmente con todo aquel que Internet atrapa, desfloró sus sentimientos y necesidades más profundos vaciándolos en la red.

Como dama profesional y bien educada apenas se les escucha la voz:

- Buenos días señor, ¿Sería tan gentil de rentarme un computador por el lapso de una hora?.

- Si como no, Use el PC 18.

- Gracias es usted muy amable.

Se dirige al PC rentado y se sienta en una silla de sistema neumático y espaldar graduable. Su voluminoso cuerpo como por obra de arte desaparece la silla. Si no fuera por mí reconocimiento de los objetos y mobiliarios que me rodea, diría que está levitada.
Su mano derecha embutida de varios anillos, se presta a tomar el mouse o ratón. Con dificultad -por el grosor de los dedos- hace dos clics en el icono de Internet Explorer y luego ejecuta el Messenger con similares malabarismos.
Le ha llegado como reloj ingles a su Hotmail el correo “Solo para Chicas”. Son hombres desnudos que muestran sus atributos.
Se le eriza la piel y es mucha piel que recorrer. Los ojos que los párpados escondían se rebelan con la dilatación de las pupilas. Y sus labios que hace tiempo se entregaron a Baco se hinchan con la presencia de sus perezosas hormonas.
Saborea cada fotografía, las desgasta con su mirada. Usa el scroll para desearlos y juega con ellos rozándole el puntero del ratón por aquellas partes que mas le llaman la atención. Como moderna Amazona los toma como trofeo. Introduce un disquette de 1.44 megas y los destina a ser unos y ceros.
La dama va más allá. Es avezada en el arte del desdoblamiento. Tiene un amante virtual que la desea todos los días. En esos mundos de emoticones y falsarios ella se llama Sasha; una joven de 22 años, esbelta y deseada.
Aprendió el léxico de los Chat; smyles, caritas, abreviaciones. Le encanta el smyle de Pamela Anderson “:-)-{8”.
Envía sus fotografías al amante que no son sus fotos sino sus deseos de ser quien no es.
Su tiempo de conexión ha terminado, paga y se retira del cibercafe. La Dra. Arelys vuelve a ser quien siempre fue. La dama de conjunto de lino rojo, zapatos negros de tacón alto que violan la ley del equilibrio, una cartera de tonos rojizos y Chanel Nro. 5 que delata su lejanía.