115 disquettes por año (unos 600 disquette por quinquenio)
7 Llaveros
2 chaquetas
6 Celulares (todos fueron entregados a sus dueños)
15 Cedulas de identidad
1 Par de zapatos de damas (al año se los regalamos a mi sobrina)
1 Comida de Mc Donalds (un amigo no pasó hambre esa noche)
1 Beeper con servicio en Canadá
3 Lentes
1 Cartera (se devolvió a su dueño)
4 Cuadernos
3 Libros
8 Bolígrafos
3 Revistas
35 fotografías
12 Carnet de trabajo
3 Paraguas
1 Maletín
5 Sobres Manila
Y otros objetos que no recuerdo en este momento. Cabe preguntar, ¿Hay una mayor tasa de objetos olvidados en los cibercafes?, o ¿Internet tiene un efecto mucho mas relajante sobre algunos usuarios?.
Me inclino por lo último. La red se ha convertido en uno de los entretenimientos más económicos que existen. Se siente un placer sentarse frente al computador y usarlo como medio de ocio. Es factible que en ese momento olvide los problemas del hogar o la oficina y empiece a respirar lento, relaje los músculos y fije su mirada sobre el monitor.
Si darse cuenta esta realizando ejercicios de respiración y relajación para combatir el estrés y el dolor. Eso le permite desprenderse de sus objetos, olvidar lo que le incomoda o le amarra.
Son hipótesis. Por eso afirmo que un cibercafe es terreno fértil para los sociólogos, psicólogos, psiquiatras y antropólogos.
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